El Supermacismo judío es la creencia, teoría o doctrina que afirma que el pueblo judío es superior a los otros pueblos y que debe tener el control en todos los órdenes. Se ha llegado a identificar con el judaísmo político o sionismo.
David Duke escribió un libro con este título (Jewish supremacism) en el cual expone el "antigentilismo" (en contra de los "gentiles") y la dominación de nuestra sociedad por parte de la ideología supremacista judía.
Antigentilismo(de la raízgentil) oantigoyismo(de la raízgoy) se refiere a la desconfianza, a la crítica, a la oposición, a la hostilidad, a la discriminación, la represión, opresión o persecución de losgoyim(o no-judíos) por parte de un miembro o de la comunidad judía entera.
SUPREMACISMO JUDIO
El presidente del gobierno de España, José Luís Rodriguez Zapatero, el que abandera un laicismo militante, orando en el templo de la nueva fé sionista.
Pública y notoria es la buena relación del anterior presidente de España José María Aznar a los intereses capitalistas, sometido a los mandatos e injerencias de la administración Bush. Nos metió en la guerra de Irak sin consentimiento del pueblo, tan solo por servir al gran amo.
El actual presidente pareciera haber escapado a esos compromisos oscuros, a ese servilismo pernicioso. Pero no, poco tardó en aumentar sus compromisos y aportaciones en Afghanistan, poco le duró la compremetedora acción de colocarse una palestina en un acto electoral. Y es que de forma descarada o en la intimidad o discreción sectaria, no hay presidente occidental que escape al sometimiento de los de siempre.
El Nuevo Orden Mundial es una realidad. Ya no hay máscaras, ya no actúan entre bambolinas, el descaro es tal que hemos podido ver cómo todos y cada uno de los presidentes y jefes de Estado de Occidente, han rendido pleitesía al "pueblo elegido". Hasta el Papa, o mejor dicho los últimos Papas se han postrado a tal poder.
Lo que hace años pareciera cosa de lunáticos, lo que era considerado como fantasía conspirativa, o ataques sin fundamento de "fanáticos reaccionarios", es toda una realidad patente y clara. Con gran descaro se muestra a la opinión pública, y es que si algo no caracteriza a ese pueblo sin patria, es la humildad.
Criticar el sometimiento de los gobernantes de todas y cada una de las naciones de occidente al supremacismo sionista, supongo que entrará dentro de lo que pueda considerarse LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Claro a menos que la libertad de expresión esté limitada a lo que interesa al gran amo. Entonces, no tardarán los mercenarios vestidos de policía, con ganas de hacer méritos a los políticos de turno, en tratar de comprometer, perseguir, amedrentar, extorsionar e incluso encarcelar o asesinar a los disidentes.
No se llenen la boca luego con palabras y frases vacíadas de significado, como, Estado de Derecho, Libertad de Pensamiento. Libertad de Expresión, Libertad de Asociación... etc etc. Estamos bajo un Orden Mundial inédito hasta la fecha, un imperialismo dominante sionista que ha sometido a medio planeta. ¿Y el otro medio?. Ahí está la cuestión, nos están preparando militar y psicológicamente para aplastar las naciones, que como Iran, se manifiestan descaradamente disidentes. Satanizando el Islám y tratando de vincularlo al temido y manipulado "terrorismo", como si arrojar un artefacto casero fuera más terrorista que asesinar a miles de civiles bajo bombardeos masivos como en Gaza.
Los dirigentes controlados, los medios de comunicación manipulados y sometidos, las religiones neutralizadas, los sindicatos comprados, los militares y policías sobornados...
¿Está todo perdido?, no, ahora que es evidente, ahora que no esconden su pleitesía, es cuando el pueblo debe despertarse, primero despertarse y luego levantarse, romper las cadenas, tomar el ejemplo de valor de los que nos precedieron, salir de la caverna y sacar de ella a los hermanos de sangre.
Mientras quede un solo hombre libre, queda la esperanza, en la lucha primero, y como no, en la victoria y no queda uno solo, somos muchos los consagrados a esta eterna guerra contra la oscuridad.
Club Bilderberg, planes judios para la dominación mundial.
Camaradas, esta es la primera vez que me atrebo a opinar publicamente sobre este asunto. Debo insistir en la importancia determinante del mismo. Nos enfrentamos a un momento crítico de la Historia de la Humanidad. Está en peligro nada más y nada menos que la propia supervivencia ya no solo de la raza aria sino de todas las no judias. Aquí se nos presenta la necesidad de replantearse todo.
No debemos repetir los errores del pasado, pensad que arios son todos aquellos pueblos y/o culturas de orígen caucásico que se extienden por todo el planeta, ( civilizaciones indo-arias, indostánicas, indo-iranias, caucásicas, uigures, mongolas y por supuesto las ario-nórdicas y las latinas de orígen griego, romano y celtíbero; al margen de estas pero pertenecientes a la misma rama están los Masai de áfrica, únicos caucásicos de todo el continente africano). Con este largo inciso quiero decir que sólo debe haber racismo declarado y militante hacia aquellas razas degeneradas derivadas de los puelos semitas. No todo está en el Mein Kampf. Leed, buscad, investigad. Teneis libros de Historia, de antropología, de geopolitica. Y muy importante puesto que aquí figura todo lo que está pasando ahora mismo en el mundo leed ya los protocolos del priorato de sión. No os dejeis llevar por las mentiras de aquellos que opinan que son falsos, os juro que no hay nada más autentico por su actualidad.
El club Bilderberg está compuesto por grandes banqueros, politicos detacados de todo el mundo, dueños y directivos de medios de comunicación, altos cargos militares y mienbros insignes de las destacadas familias reales del mundo occidental. Esta gentuza conspira casi delante de nuestras narices para acabar con la sociedad occidental e instaurar un sistema de apariencia socialista en el que todo el mundo esté sometido a ellos como esclavos. Dentro de sus planes estaría igualarnos a todos economicamente tanto a los paises del norte desarrollados como a los del sur subdesarrolados. Se asemejaría notablemente a 1984 de Orwell. De esta forma se nos negaria a los humanos cualquier posibilidad de desarrollo y crecimiento espiritual y cultural, convirtiendonos en una especie de hormiguero humano gigante. Algo parecido a la china actual pero multiplicado por 1.000.000.
Debo añadir por último que no voy a volver a escribir nada más nunca más, ni aquí ni en ningún sitio. Yo no creo que estemos a tiempo de solucionar nada por la via politica o social, ya solo queda la lucha armada. Así que ya sabeis cuando llegue el momento, y será muy pronto ya que todo va a comenzar a raiz del crac de las bolsas mundiales y eso va a suceder cuando el barril llegue a 200 dólares ( 2009). Oponeos, buscad a otros como vosotros o como vosotras si esto lo lee alguna mujer ( espero que si por que vosotras tambien contais), y resistid.
¿Se puede ser judío y fascista? Un recorrido a vuelo de pájaro por la agitada vida del ucraniano Vladimir Jabotinsky, nacido en Odessa en 1880 y muerto en Nueva York en 1940, quizá responda a esta pregunta. Periodista, escritor, orador, políglota, soldado y dirigente político, también fue, según como se mire, combatiente por la patria o terrorista.
Influenciado por El Estado Judío, libro de Theodor Herzl publicado en 1896, Jabotinsky adopta el sionismo en su expresión más extremista e impulsa una sociedad de “hombres obedientes hasta la muerte”. Se opone al socialismo y al movimiento obrero judío en Palestina. Funda el grupo Betar, milicias juveniles que visten camisas pardas como los miembros de las Secciones de Asalto nazis (Sturm Abteilungen o SA) y están organizadas al estilo de los squadristi fascistas.
Menagen Begin e Isaac Shamir, que llegarán a ser primeros ministros de Israel, son en su juventud seguidores de Jabotinsky. Il Duce Benito Mussolini lo considera uno de los suyos y lo llama “el ciudadano fascista”. El laborista David Ben Gurión, fundador del Estado Judío en 1948, lo compara con el führer y lo apoda “Vladimir Hitler”.
Una idea fija
Conocido como “Zeev”, Vladimir Jabotinsky habla fluidamente ruso, francés, inglés y alemán. La última lengua que aprende es el hebreo y lo primero que hace es traducir La divina comedia, de Dante Alighieri. Cuando en 1914 estalla la Primera Guerra Mundial, crea una Legión Judía al servicio de los aliados. Busca liberar a Palestina del dominio turco otomano y, después, lograr un lugar en las negociaciones de paz, con derecho a exigir el establecimiento de un Estado judío.
Al terminar la guerra en 1918, Jabotinsky se establece con su esposa e hijos en Palestina, que se halla bajo control de Gran Bretaña. En 1920, el descontento árabe por los festejos del Pesaj –una de las fechas sagradas judías, que conmemora la salida de los hebreos de Egipto– deriva en violentas protestas callejeras. Jabotinsky organiza la represión contra los nativos y no le tiembla la mano a la hora de apretar el gatillo. Los británicos lo arrestan y juzgan por posesión ilegal de armas. Sentenciado a quince años de prisión, es puesto en libertad unos meses más tarde.
Cuando en 1923 los ingleses adjudican tierras a los palestinos en Transjordania, Jabotinsky propone una “revisión” de las relaciones entre el movimiento sionista y el Reino Unido. Sus fines –tan agresivos como casi todas las decisiones que toma en su vida y las acciones que impulsa– incluyen la restauración de la Legión Judía y la llegada masiva de hasta 40 mil judíos por año hacia Palestina.
En 1925, Jabotinsky anuncia el establecimiento de la Alianza de Sionistas Revisionistas, con oficina en París, y la creación del Betar, encuadramiento juvenil nacionalsionista. Pasa los años siguientes dictando conferencias y colaborando en decenas de publicaciones para promover mundialmente su causa. Predica que la actividad económica del sionismo se concentrará en la economía privada, para financiar la inmigración masiva a Palestina. Retorna a Jerusalén en 1928, donde es gerente de una compañía de seguros y editor de un periódico.
En 1930, mientras se encuentra de viaje, las autoridades inglesas le prohíben el regreso a Palestina. Desde entonces y hasta su muerte, Jabotinsky impulsa el nacionalsionismo en varios países.
El “ciudadano fascista” Jabotinsky no tiene reparos en establecer contactos con mandatarios antisemitas, como el mariscal polaco Jozef Pilsudski, un ex comunista que en 1926 dio un golpe de Estado e instauró un régimen cercano al nacionalsocialismo. Pero su ejemplo supremo es Benito Mussolini. Admira al fascismo y aspira a copiarlo en Palestina. “¿Qué queremos? Queremos un imperio judío, al igual que Italia”, declara. Cuando Il Duce asume en 1922, Jabotinsky le hace llegar un mensaje con un enviado especial. Dos años después, un representante oficial del Partido Fascista Italiano visita Palestina para establecer relaciones con los seguidores del dirigente judío. La agencia de noticias fascista, Avanti Moderno, aplaude la celebración del Congreso de los Sionistas Revisionistas en 1935 por el apoyo que este movimiento brinda a Italia durante la campaña de Etiopía. Ese año, Mussolini le comenta al Rabino de Roma: “Las condiciones necesarias para el éxito del movimiento sionista son poseer un estado judío con una bandera judía y lengua judía. Hay una persona que conoce esto muy bien y es el ciudadano fascista Jabotinsky”. Lo cierto es que la persecusión de judíos no figura en las prioridades de Mussolini. Il Duce tiene varias amantes, entre ellas dos judías: Angelica Balabanov y Margherita Sarafatti. La primera, cuando milita en el socialismo; la segunda, luego de tomar el poder. Además, cinco judíos –entre ellos César Sarafatti, hermano de Margherita– participan en la creación de los Fasci de combattimento en 1919. Mussolini, un ex socialista al que su padre le puso el nombre de Benito en honor al político liberal mexicano Benito Juárez (1806-1872), sólo aprueba leyes antisemitas en 1938. Para entonces ya lleva trece años en el poder e Italia comienza a transformarse en un Estado satélite de Alemania. Hasta ese momento, la comunidad judía italiana convive tranquilamente con el fascismo. El escritor Daniel Muchnik asegura que el hecho de que un judío pueda ser fascista es tan comprensible como que pueda ser gángster. Y describe a Jabotinsky de la siguiente manera: “Fue uno de los líderes sionistas más brillantes y fanáticos de la historia. Nadie le fue indiferente: todos lo amaron o lo odiaron. Enemigo mortal del socialismo, fue su crítico más feroz cuando el sionismo socialista ganó la hegemonía del sionismo mundial. [...] Hacia 1930, el partido de Jabotinsky, llamado revisionista, comenzó a asemejarse mucho a los movimientos fascistas de Europa, y Ben Gurión llegó a llamar a su líder ‘Vladimir Hitler’. El ideal de Jabotinsky, tal como él mismo lo describió, era el de una sociedad monolítica, de hombres todos iguales y todos obedientes hasta la muerte, capaces de actuar al unísono” (Mundo judío, Lumen/Mairena, Buenos Aires, 1984). “Dispara y deja de charlatanear” En 1934, “Zeev” firma un pacto con David Ben Gurión, jefe del sionismo laborista, secretario general de la poderosa Federación de Trabajadores y portavoz indiscutido de la principal tendencia sionista en Palestina. Pero el acuerdo, que busca disminuir las tensiones entre las dos tendencias, fracasa. Nacionalsionistas y laboristas continúan como encarnizados adversarios políticos durante décadas. La brecha se ahonda más con el asesinato, en una playa de Tel Aviv, de Jaim Arlozoroff, joven y prominente líder sionista moderado, que se atribuye a seguidores de Jabotinsky. Cuando en 1936 una comisión británica recomienda la partición de Palestina en un Estado árabe y otro judío, Jabotinsky rechaza la propuesta y ordena incrementar los ataques contra los ingleses y los nativos árabes. Al año siguiente se transforma en comandante del Irgún, grupo paramilitar clandestino de los revisionistas. “Maldita es toda guerra, pero si no quieres tocar a un inocente, pereces. Y si no quieres perecer, dispara y deja de charlatanear”, escribe en julio de 1939. Benoît Ducarme apunta en “Israel, Likud y el sueño sionista”: “La primera etapa de la evolución del ‘revisionismo’ sionista es la de la constitución de la Nueva Organización Sionista, fundada en 1935, de cuyo seno surgieron dos grupos armados que, sustancialmente, no diferían políticamente en mucho: el Irgún y el Grupo Stern. Su diferencia se basó en la forma de combatir la presencia británica en Palestina [...]. ¿Había que acabar con los británicos o dialogar con ellos? La dirección del Irgún, bajo el impulso de Begin, era partidaria de una inmediata revuelta contra los británicos. [...] La cúpula del grupo Stern pretende provocar la revuelta antes incluso de que concluya el conflicto mundial. De hecho, dicha organización hizo proposiciones a Mussolini al final de los años treinta. Según los planes barajados, los sionistas deberían aliarse con Italia para acabar con los ingleses en Palestina, fundar un Estado hebreo de carácter corporativo satélite del Eje, y poner los lugares santos de Jerusalén a disposición del Vaticano. Estas propuestas no pudieron concretarse, ni siquiera el ofrecimiento hecho a Hitler de reclutar 40 mil soldados judíos procedentes de la Europa oriental con los que enfrentarse a los británicos en Palestina. Hitler prefirió jugar la carta árabe”. Cuatro dólares y una pipa El 4 de agosto de 1940, durante una visita a un campo de entrenamiento juvenil del Betar, en las afueras de Nueva York, Jabotinsky muere de un infarto. Le faltaba poco para cumplir 60 años y los diez últimos había permanecido fuera de Palestina. Sus partidarios relatan que sus únicos efectos personales eran una pipa y cuatro dólares. Cinco años antes, el líder nacionalsionista había redactado su testamento. Solicitaba que su cadáver fuera trasladado a Israel “sólo por instrucción del gobierno judío que será establecido”. En 1965, sus restos son llevados e inhumados en el Monte Herzl, en Jerusalén. En 1977, los herederos políticos de Vladimir “Zeev” Jabotinsky llegan al poder en Israel con Menagen Begin y la alianza de partidos “revisionistas” llamada Likud. En Mundo judío, Daniel Muchnik afirma que Begin seguramente pasará a la historia como “el primer jefe de gobierno judío y fascista”. Quizá no sea el único: Isaac Shamir, Ariel Sharon y Ehud Olmert también provienen de las filas del Likud.
La doctrina del racismo afirma que la sangre es la marca de la identidad nacional-étnica y sostiene que las características innatas determinan biológicamente el comportamiento humano. Juzga el valor de un ser humano no por su individualidad, pero exclusivamente por su pertenencia en una “nación colectiva de raza”. Muchos intelectuales, incluyendo científicos, han dado apoyo seudo científico a las ideas racistas. Pensadores racistas del siglo XVII, como Houston Stewart Chamberlain, ejercían una influencia considerable sobre mucha gente de la generación de Adolf Hitler.
El racismo, especialmente antisemitismo racial, fue siempre una parte integral del Nacional Socialismo alemán. Los nazis percibían toda la historia humana como la historia de una lucha biológicamente determinada entre las razas. Los nazis postularon que los movimientos políticos como marxismo, comunismo, pacifismo, y internacionalismo, eran antinacionalistas y reflejaban un intelectualismo judío peligroso y racialmente basado. En 1931, las SS establecieron una Oficina de Raza y Asentamiento para realizar “investigación” de razas y para determinar la aceptabilidad de posibles cónyuges de los miembros de las SS. Después de su ascenso al poder, los nazis aprobaron las Leyes de Nuremberg en 1935, que codificaban una supuesta definición biológica del judío.
Durante la guerra, los médicos nazis realizaron falsos experimentos médicos intentando identificar pruebas físicas de la superioridad aria y la inferioridad de los no arios. A pesar de matar innumerable prisioneros no arios en el curso de estos experimentos, los nazis no pudieron encontrar ninguna prueba de sus teorías de diferencias biológicas de raza entre los seres humanos.
Los racistas nazis siempre consideraban los enfermos mentales y físicos como manchas sobre el panorama genético de la llamada raza maestra y, en cuanto eran capaces de concebir hijos, como un peligro biológico a la pureza de la raza aria. Después de una planificación cuidadosa y de recoger información durante los últimos seis meses de 1939, los médicos alemanes empezaron a asesinar pacientes incapacitados en toda Alemania en una operación que llamaban de manera eufemística la “eutanasia”.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los lideres nazis empezaron lo que ellos llamaban una “limpieza de casa étnica” en los territorios orientales ocupados de Polonia y la Unión Soviética. Esta política incluía el asesinato y aniquilación de “razas” enemigas, incluyendo el genocidio de judíos europeos y la destrucción de los lideres de los pueblos eslavos.
Si te ha interesado esta información, te recomendamos:
Hilberg, Raul. La destrucción de los judíos europeos. Madrid: Akal, 2005.
Joan i Tous, Pere, and Heike Nottebaum, editors. El olivo y la espada: estudios sobre el antisemitismo en España (siglos XVI-XX). Tübingen, Germany: Niemeyer, 2003.
Koonz, Claudia. La conciencia nazi: la formación del fundamentalismo étnico del Tercer Reich. Barcelona: Paidós, 2005.
Milgram, Avraham, editor. Entre la aceptación y el rechazo: América Latina y los refugiados judíos del nazismo. Jerusalem: Yad Vashem, 2003.
Dirigente de la Alemania nazi (Múnich, 1900 - Luneburgo, Hannover, 1945). Era ingeniero agrónomo de profesión y un ultranacionalista alemán por influencia paterna. Acabada la Primera Guerra Mundial (1914-18), en la que se alistó como soldado, militó en movimientos nacionalistas, antes de unirse a Hitler durante el fallido golpe de Estado que éste protagonizó en Múnich (1923).
En 1929 Hitler le puso al frente de su guardia personal, la SS (unos 280 hombres). Himmler hizo de ese grupo armado la base de su poder, dotándole de un servicio de información propio extremadamente útil en la lucha política (1931) y ampliándolo hasta contar unos 52.000 hombres en vísperas de la conquista del poder.
Tras el acceso de Adolf Hitler al gobierno (1933), Himmler fue nombrado jefe de la policía política (Gestapo); en alianza con Goering eliminó en aquel mismo año a Röhm, jefe de la organización paramilitar rival de la SS dentro del nazismo (las Secciones de Asalto o SA), durante la «Noche de los Cuchillos Largos».
Aquel golpe fortaleció su poder, permitiéndole convertir a la SS en el cuerpo de elite del Reich, al tiempo que le otorgaba el control sobre los campos de concentración y el conjunto de la policía alemana (1936). Le correspondió, por tanto, la máxima responsabilidad en la sangrienta persecución de disidentes y opositores que realizaron los nazis, así como en la persecución contra los judíos.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-45) terminó de completarse su poder, al ser nombrado Comisario del Reich para la Defensa y Reforzamiento de la Raza Alemana: se ocupó desde entonces de la implantación de poblaciones «arias» en los territorios conquistados en Europa oriental, así como de la campaña de exterminio de los judíos de los países controlados por el ejército alemán. La extraordinaria crueldad con que la SS dirigió el asesinato de millones de judíos europeos respondió a órdenes personales de Himmler, metódicamente interesado en los detalles técnicos de la operación.
Desde que el curso de la guerra se volvió en contra de Alemania, Himmler, nombrado ministro del Interior en 1943, inició contactos con el enemigo para salvar su vida. En 1944 se le dio mando militar en el frente de Rusia, que le fue retirado enseguida por demostrada incompetencia. Enterado Hitler de su traición en los últimos momentos de la guerra, le expulsó del Partido Nazi; trató de escapar disfrazado, pero, tras ser detenido por el ejército británico, se suicidó.